domingo, 27 de octubre de 2013

WiFi en los hoteles: ¿A que nivel ponemos este servicio?



Para hoy, no traigo una noticia, sino un post de la Comunidad Hosteltur que me ha parecido interesante.
En dicho post, se nos plantea una reflexión sobre el servicio WiFi ofrecido en algunos hoteles, que bien podríamos extrapolar a otros servicios o establecimientos turísticos (restauración, medios de transporte, etc.). Bien es sabido por todos, que este WiFi, funciona (y más aún, funciona “bien”), la mitad de las veces con suerte. El autor del post, nos cuenta a modo de anécdota personal, que acudió a la recepción de un hotel, para pedir amablemente que intentaran comprobar si el WiFi funcionaba, y recibió un trato del recepcionista digno de la atención que se presta a la cosa menos importante del mundo. Dejo abiertas las mismas reflexiones que dicho autor: ¿Que importancia le deberíamos dar a este tipo de servicios?




                                       



En mi opinión, bastante. En los tiempos en los que vivimos, estar conectado a internet es prácticamente esencial para la mayoría, más aún cuando se viaja (y se necesita consultar todo tipo de informaciones con bastante frecuencia). La mayoría de ciudades ya disponen de aplicaciones para móvil, el Turismo “Smart” está a la orden del día, cuando viajamos solemos utilizar el GPS y el “maps”, etc. Es decir, este tipo de servicios tecnológicos en la era de las TIC se están poniendo al mismo nivel de importancia que otros tradicionales como pueden ser el minibar, el servicio de habitaciones, etc. No se debería poner un cartel donde diga “zona WiFi”, solo porque esté de moda y le de un toque más “a la última” al lugar. Si se ofrece ese servicio, debería ofrecerse en condiciones, y si no, no ofrecerse. Tampoco va a morirse nadie, pero por lo menos que el cliente esté prevenido de lo que hay y lo que no. Que no funcione el WiFi debería ser la excepción y no la norma, y de no funcionar debería al menos avisarse al cliente e intentar solucionarse el incidente, no tratándolo como si fuera un mero adorno. Muchos coincidirán conmigo, en que hoy por hoy, me da igual que se estropee un ascensor (todo depende de la altura, claro), o que no haya tal o cual bebida en el minibar, o que la piscina este cerrada de tal a cual hora,  pero por favor que funcione el WiFi, que desde el extranjero me sale mucho más barato el wassap y me estoy fundiendo los datos...

Mi conclusión es que si queremos modernizarnos, lo hagamos bien. Seamos conscientes de la calidad con la que queremos prestar los servicios que se supone prestamos. No vendamos gato por liebre!

José L. Díaz Pérez

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