Como después de navidad acabamos atiborrados de dulces y con unos kilos de más pensé en hacer alguna actividad al aire libre, para hacer algo de ejercicio, relajación y turismo verde. Por esto, un día convencí a mi novio y con un clima perfecto, decidimos hacer una pequeña excursión a la torre de la Cala de Finestrat, que separa las playas de Finestrat y la Vila.
Hay varías rutas accesibles, ya sea desde el comienzo de la playa de la Cala de Finestrat o andando más hacía el interior donde existen rutas más fáciles y señalizadas, con carteles o pinturas en piedras de la montaña.
Así mismo, aunque la subida pueda costar un poco, sobre todo a los que como yo seamos torpes, merece la pena caminar entre la montaña para llegar a la torre y disfrutar de unas maravillosas vistas. Además, una vez arriba, tenemos al alcance varios merenderos, papeleras, y señalizaciones de rutas que van desde la misma torre hacía calas más ocultas en la Vila.
Aquí os dejo algunas fotos de las preciosas vistas.
Alba Fernández Jiménez
No hay comentarios:
Publicar un comentario