Estas navidades he tenido la gran oportunidad de pasar una noche vieja muy especial y es que como este año he sido muy buena Papa Noel me ha regalado un sorprendente viaje a la Edad Media.... ¿Cómo? Muy sencillo, he viajado ha Brujas, una pequeña ciudad de Bélgica.
Nada más llegar el ambiente de la ciudad te hace retroceder en el tiempo, estrechos callejones de piedra, carruajes tirados por caballos y curiosos edificios hacen que te sitúes en pleno siglo XV.
Por el día, adentrarse en este lugar es como estar en el cuento de Hansel y Gretel y cuando cae la noche la ciudad se convierte en un lugar místico en el que solo se escucha el sonido del agua que corre por sus canales.
Tuve la suerte de poder disfrutar de uno de sus platos típicos, "Carbonnade flamande" un guiso de carne en salsa de cerveza y chocolate, de alguna buena cerveza y de el mercado navideño sin olvidarme, por supuesto, del riquísimo chocolate belga.
Brujas es un lugar muy recomendable y si tienes la oportunidad de visitarla ¡no lo dudes!
¡Por cierto! en una de las fotos anteriores estoy escondida en Brujas, ¿adivinas en cuál?
María Martínez.
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