Investigando un poco más en profundidad en cómo puede afectar el turismo a la salud, tanto de los turistas o excursionistas, como de la población local, he encontrado este ensayo publicado por el instituto de Salud Pública de Mexico, que me ha parecido interesante. Os copio aquí el resumen, y pongo el link para consultar.
"El turismo y la salud son dos conceptos estrechamente relacionados; ambos inciden directamente en la economía de los países y son parte importante de la política social a cargo de los gobiernos. En este trabajo se presentan consideraciones relativas a la tarea de estrechar el vínculo entre turismo y salud, vistos como un binomio de interacción constante. Se ofrece, además, una serie de recomendaciones para mejorar las condiciones sanitarias del entorno turístico, haciendo énfasis en las medidas preventivas y en las acciones conjuntas entre los sectores involucrados. Finalmente, se reconoce que las acciones a realizar son responsabilidad tanto de la población que habita la zona turística como del visitante, por un lado, y de los prestadores de servicios y las autoridades, por el otro."
Además, he encontrado dos patologías asociadas al turismo: el síndrome de la clase turista, y el síndrome de Stendhal, que os comento a modo de información y curiosidad.
El síndrome de la clase turista fue acuñado a finales de los años 1990 cuando se detectó que personas que realizaban viajes de larga duración en avión tenían un riesgo mayor de sufrir trombosis. Se relacionó el problema con el reducido espacio entre asientos de los aviones en clase turista de la mayoría de las compañías aéreas y porque los ocupantes de éstos eran comúnmente los que sufrían los problemas circulatorios, aunque después se ha demostrado que ese no es el problema en su totalidad, sino la falta de ejercitación de las piernas en un prolongado tiempo (independientemente de la clase en que se viaje). El mecanismo de la trombosis en viajes largos es debido a la combinación de inmovilización, dehidratación y por supuesto a factores predisponenetes. Los síntomas pueden manifestarse con posterioridad al vuelo en forma de hinchazón, dolor, o bien hormigueo en las extremidades. Se recomienda acudir al médico para que en caso de haberse iniciado un coágulo prescriba la medicación adecuada.
En segundo lugar, mucho más antiguo, y también mucho más "romántico", está el síndrome de Stendhal, también denominado síndrome de Florencia o "estrés del viajero". Es una enfermedad psicosomática que causa un elevado ritmo cardíaco, vértigo, confusión, temblor, palpitaciones, depresiones e incluso alucinaciones cuando el individuo es expuesto a obras de arte, especialmente cuando éstas son particularmente bellas o están expuestas en gran número en el mismo lugar. Más allá de su incidencia clínica como enfermedad psicosomática, el síndrome de Stendhal se ha convertido en un referente de la reacción romántica ante la acumulación de belleza y la exuberancia del goce artístico. Se llama así por el famoso autor francés del siglo XIX Stendhal, quien dio una primera descripción detallada del fenómeno que experimentó en 1817 en su visita a la Basílica de la Santa Cruz en Florencia. Parecerá mentira, pero es cierto que ha habido muchos casos de gente que ha sufrido vértigos y desvanecimientos mientras visitaba el arte en Florencia, especialmente en la Galeeria degli Uffizi desde esa fecha, y finalmente, en 1979, fue descrito como un síndrome por la psiquiatra italiana Graziela Magherini, que observó más de 100 casos similares entre turistas y visitantes en Florencia.
¡Así que ya sabéis! Olvidaos de los bajones de tensión y los ataques de ansiedad...¿Que mejor motivo para sufrir vértigos y desvanecimiento que contemplar algo excepcionalmente bello?
José L. Díaz Pérez
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