Meliá Hotels International perdió 73,2 millones de euros en 2013, frente a los 37,3 millones de euros que ganó el año anterior, por las menores plusvalías generadas por la venta de activos y el impacto negativo en sus cuentas de su emisión de bonos convertibles valorado en 76 millones de euros, según informó la hotelera este viernes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
A ello se añade una provisión 30 millones de euros en previsión de la salida del grupo de Puerto Rico, un mercado "no estratégico para la cadena", explicó la cadena de la familia Escarrer.
Meliá completó en septiembre de 2013 una emisión de obligaciones convertibles o canjeables por valor de 50 millones de euros, que se sumaron a los 200 millones de euros emitidos en marzo del mismo pasado, para dotarse de mayor liquidez.
Este impacto extraordinario responde a la obligación contable de incluir la valoración de la opción de pago en efectivo que, aunque suprimida en diciembre, generó pérdidas contables en su balance anual, un efecto "con nula afectación a tesorería", aclaró la cadena.
El vicepresidente y consejero delegado de Meliá, Gabriel Escarrer, puso en valor la positiva evolución del negocio hotelero en un año histórico para la compañía que incorporó 28 establecimientos y se centró en la reestructuración de su deuda. En este sentido, aseguró que el impacto contable del bono convertible no desvirtuará su proyección ni su crecimiento a nivel internacional, "más intenso" en los próximos años.
Antes de descontar esta valoración, el resultado operativo de la compañía alcanzó los 39,3 millones de euros. En base comparable, la cadena sitúa su beneficio proforma en 33 millones de euros.
Meliá aseguró que este efecto se transformará en "positivo" durante 2014, ya que el bono convertible vence a final de este año y podrá abonarse en acciones, en parte procedentes de la autocartera, y en parte de una ampliación de capital, lo que redundará en "una importante reducción de deuda".
Alicia Lizano.