Fuimos 8 compañeros a explorar los maravillosos montes que nos rodean y elegimos una de las rutas que pocos de nosotros conocíamos, la ruta del Ponoig o la cima "del León dormido".
Salimos desde el rastro de Polop a las 10:00 de la mañana y empezamos el desafío, durante el camino hicimos paradas para descansar,para ver el paisaje,para almorzar,etc. Sobre las 13:00 llegamos a la cima. Disfrutamos un ratito del paisaje y bajamos a comer.
Fue una ruta bastante intensa con muchas subidas pero el esfuerzo vale la pena. Cuando subes a la cima tienes esa sensación de que casi puedes tocar el cielo y sientes una paz y una tranquilidad increíbles.
Nuestro guía fue nuestro querido compañero Boris. Gracias a el pudimos conocer este sitio y estuvo en todo momento atento de sus "discípulos". Un gran trabajo!
Fue un día muy bonito para disfrutar del paisaje y de la buena compañía de los compañeros.
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